Château de Bonnezeaux
La historia del Château de Bonnezeaux como finca vinícola se remonta a principios del siglo XIX. Ha estado en la familia extensa de Guyonne Saclier de la Bâtie durante generaciones. Probablemente se esté preguntando por qué no ha oído hablar de esta bodega antes. Bueno, durante las últimas tres décadas no han hecho una sola botella de vino. Los tratos y promesas con los enólogos locales fracasaron y las vides fueron abandonadas.
En 2012, la familia se interesó en resucitar la finca histórica y para 2014 habían encontrado un enólogo. En ese momento, Guyonne acababa de terminar su primera pasantía en una bodega en el Loira y acababa de comenzar a trabajar con Mark Angeli en La Ferme de la Sansonnière , donde conoció y trabajó con Stéphane Bernaudeau.
Mark Angeli es considerado un pionero en el Loira, tanto por su cultivo como por su compromiso de producir Chenin seco en áreas históricamente conocidas solo por la producción de vino dulce. Se mudó a Anjou en 1989 cuando había poca gente elaborando vinos de calidad en la región. Bajo la guía de Mark y con su increíble generosidad, Guyonne tuvo todo lo que necesitaba para comenzar.
Después de pasar dos años replantando los viñedos, 2016 fue el primer año en que Guyonne y su familia se sintieron cómodos manteniendo toda la producción. Actualmente tienen poco menos de cuatro hectáreas de Chenin Blanc plantadas con otras tres hectáreas de tierra sin plantar.
Guyonne ha estado cultivando orgánicamente desde que reinició el trabajo en las propiedades del Château y, al igual que Mark, todas sus vides de Chenin se entrenan usando gobelet. Tanto su viñedo en Bonnezaux como en Coteaux du Lyon tienen suelos esquistosos y arcillosos. Lamentablemente Guyonne cayó enferma.
En 2019, Pierre Boisseau y el enólogo Florian Zuliani se unieron al Domaine. Compraron otras 3 hectáreas para hacer 6 hectáreas en total.