Bodega en Movimiento

Bodega en Movimiento

Esta es una historia de amor. De amor por el vino… y del otro también. Marta García Luceño, malagueña, estuvo cuatro años como sumiller en Londres. Define aquella experiencia como «un máster» en tiempo record con el que logró conocer infinitos vinos durante eventos, formaciones y catas que se sucedían en la capital inglesa. Pero fue en Barcelona donde descubrió los vinos espumosos con uva palomino de Sanlúcar, y se dijo así misma que ese era el vino que quería hacer y beber el resto de su vida.

Así que en 2020 se puso manos a la obra, se trasladó a Sanlúcar, y allí conoció a Ana Hernández Pérez, que aunque nació en Madrid, se ha criado en El Puerto de Santa María. Marta le contagió su pasión por el proyecto Bodegas en Movimiento, y dos años después tuvo lugar la primera vendimia de la que salieron las primeras botellas.

Utilizan uva palomino principalmente, aunque añaden algo de moscatel y tintilla de Rota en dos de sus cuatro referencias para darles un toque diferente. Utilizan las viñas antiguas, la mitad de menos productivas que las jóvenes, pero con más sabiduría, carácter y concentración. Prefieren la calidad a la cantidad. Ahora trabajan en dos hectáreas dentro del pago de Balbaína, uno de los más conocidos del Marco de Jerez, con vides de 80 años.

Sus vinos son totalmente «salvajes», es decir, naturales. Solo elaboran espumosos naturales, sin añadirles nada, solamente «acompañan» al mosto en el proceso de convertirse en vino. Van más allá de la etiqueta de ecológico o biodinámico, términos muy de moda en el mundo del vino. «Buscamos no contaminar al campo ni al ser humano», explica Marta. Corren el riesgo, como les ha pasado, de tener que dejar botellas «en casa» y no ponerlas a la venta, cuando con algo de química se hubiera arreglado.

Ubicación: España, Andalucía, Jerez - Cádiz, Sanlúcar de Barrameda